Introducción
El presente trabajo tiene como fin primordial explicar como el abogado se debe a sí mismo y a su estudio ético-profesional con el objetivo de alcanzar los niveles de la justicia otorgada por la ley, de acuerdo una conducta íntegra y ceñida a los parámetros de lo moral, de la equidad, separando de sus propios intereses con tal de favorecer plenamente aquellos del cliente que son siempre la finalidad de su profesión.
Desde los tiempos antiguos, el abogado se ve como la persona que debe hacer justicia y pida justicia, pero al transcurrir los anos cada día el mismo pierde su credibilidad, por él y el comportamiento inadecuado del mismo, y el uso de lo que hoy llamamos chicana que la misma es considerada como lo más vergonzoso de la administración judicial.
La dignidad del profesional del derecho es algo que el mismo nunca deberá perder, y actuar de acuerdo aquellos valores éticos y morales que la profesión misma y las normas judiciales le imponen.
Por eso es que son imprescindible los deberes y preceptos morales como norma primordial en la profesión de los abogados.
INDICE
Introducción
EL INTERÉS JURÍDICO DESDE EL PUNTO DE VISTA DOCTRINAL Y JURISPRUDENCIAL
El Abogado actual visto desde el punto de vista de la ética profesional (De su comunidad).
CUALIDADES DEL ABOGADO.
Conclusión
EL INTERÉS JURÍDICO DESDE EL PUNTO DE VISTA DOCTRINAL Y JURISPRUDENCIAL
Cuando una persona se eroga como titular de ese derechos tiene prerrogativa, que lo encaminan, a ampararlo frente a cualquier turbación, que es la ley, es lo que se llama la acción en justicia, mientras que el Doctor Artañan Pérez Méndez, dice, que la acción es el derecho en estado dinámico, lo cual a nuestro juicio es correcto.
El Estado dominicano, funge de manera jurisdiccional, a través del Poder Judicial, que es ejercido por todos los jueces del país, lo cual es un mandato constitucional, para garantizar esos derechos, resolver los conflictos y mantener por medio de sus mecanismos la paz social.
La persona que es titular de un derecho, y le es perturbado, vulnerado o amenazado, puede accionar por medio del poder judicial, para que le garanticen su derecho, pero esa acción en justicia debe de estar sometida a cuatro condiciones que son: ser titular de un derecho, tener interés, calidad y capacidad, he aquí, donde en forma deductiva hemos querido arribar, formando la base de lo tratado.
El Abogado actual visto desde el punto de vista de la ética profesional (De su comunidad).
El diccionario de la real academia española defina al abogado como: “Licenciado o doctor en derecho que ejerce profesionalmente la dirección y defensa de las partes en toda clase de procesos o el asesoramiento y consejo jurídico”.
El Decreto No. 12-90, que ratifica el Código de Ética del Colegio de Abogados de la República Dominicana, expresa el profesional del derecho debe actuar con irreprochable dignidad, no sólo en el ejercicio de la profesión, sino en su vida privada. Su conducta jamás debe infringirlas normas del honor y la delicadeza que caracteriza a todo hombre de bien.
El profesional del derecho debe ser leal y veraz y debe actuar de buena fe, por tanto no aconsejará ningún acto fraudulento ni hará en sus escritos citas contrarias a la verdad. Para el profesional del derecho estará siempre antes une su propio interés, la justicia de la tesis que defiende.
En su vida el profesional del derecho debe cuidar con todo esmero de su honor, eludiendo cuanto pueda afectar su independencia económica, comprometer su decoro o disminuir, aunque sea en mínima medida, la consideración general que debe siempre merecer. Debe por tanto conducirse con el máximo de rigor moral. La conducta privada del profesional del derecho se ajustará a las reglas del honor, la dignidad y el decoro, observando la cortesía y consideración que imponen los deberes de respeto mutuo entre los profesionales del derecho.
Ética profesional:Normas de conducta que rigen el comportamiento del abogado.
“El abogado no debe brillar solo por su acopio de conocimientos, sino por la.
El Dr. Medardo Mora Solórzano en su artículo “El Abogado: La Importancia De Su Rol Social”, nos plantea lo siguiente: “En definitiva el Abogado no está destinado para ser un promotor de litigios, su rol es el de asistir con sus conocimientos a todos los sectores sociales y sobre todo a los más vulnerables de la sociedad, a los huérfanos de influencia, a quienes desconociendo o ignorado derechos necesitan ayuda profesional, siendo en consecuencia un contribuyente de la paz y la armonía social, es alguien que promueve la superación de conflictos utilizando el único instrumento idóneo para superarlos: la ley, cuyas insustituibles ventajas quedan demostradas cuando aún en el imperio de gobiernos dictatoriales que obran al margen de la ley, no dejan de declarar la vigencia de una norma constitucional de carácter jurídico poniendo a salvo en la absorción por la fuerza del poder, de que la misma no contravenga los intereses y afanes de la dictadura”.
Aunque el abogado es el encargado de supervisar que las reglas o normas sean respetadas y aplicadas de forma correcta, lamentablemente en su mayoría son las primeras personas que han llevado a la mala fama de que todos los abogados son ladrones y delincuentes, por las actuaciones y el mal comportamiento que han tenido delante de su clientes y por ende delante de la sociedad.
Como estudiantes de derechos que somos, no compartimos y no aceptamos la idea o el sobrenombre de ladrones y delincuentes, porque aunque el que hizo la ley de igual forma hizo la trampa para la defensa, y no debemos abusar de aquellas armas a las que tenemos acceso como abogados o litigantes.
Da pena, asco y vergüenza, el comportamiento de una gran mayoría de los abogados de nuestras comunidades, pues se prestan de una forma envolvente por cualquier tontería que le resuelva a un cliente cobrarle el doble y un poco más de lo que realmente debería de hacerlo.
De igual forma nos cuesta creer, pero que es la realidad que las personas que menos cumplen los reglamentos, decretos, leyes y la misma constitución, son los mismos abogados.
Y tenemos razones y pruebas de más para destacar los abusos, violaciones y hasta infracciones que hacen ciertos abogados, Nos explicamos:
a).- Hay abogados que no respetan los semáforos en rojos.-
b).- Los mismos le roban indirectamente a sus clientes, diciéndoles que de gastos hubo ciertas cantidades de dinero, cuando realmente no lo hubo.
c).- Mientras más caro quieren cobrarles a sus clientes, ni el sueldo mínimo quieren pagarles a sus empleados.
d).- No pagan seguros a sus empleados.
e).- No les gustas darles las vacaciones cuando les corresponden.
f).- Les mienten a sus clientes, solo por placer (chicana).
Conducta del abogado. El abogado debe ser desinteresado y probo, llevar hasta muy lejos el respeto de sí mismo y guardar celosamente su independencia hacia los clientes, hacia los poderes públicos y, especialmente, hacia los magistrados. Debe actuar con irreprochable dignidad, no sólo en el ejercicio de su profesión, sino también en su vida privada: llamado a apreciar y a veces a juzgar los actos de otros, ejerce un ministerio que no puede desempeñar con autoridad sino a condición de ser, él mismo, respetable. En suma, su conducta profesional o privada no debe jamás infringir las normas del honor y de la delicadeza que caracterizan la del hombre de bien. Probidad. La probidad que se exige al abogado no importa tan sólo corrección desde el punto de vista pecuniario: requiere además lealtad personal, veracidad y buena fe. Así, por ejemplo, no debe aconsejar ningún acto fraudulento, formular afirmaciones o negaciones inexactas, efectuar en sus escritos citas tendenciosamente incompletas, aproximativas o contrarias a la verdad, retener indebidamente documentos ni demorar la devolución de expedientes. Desinterés. El desinterés que debe caracterizar al abogado no consiste en el desprecio del provecho pecuniario, sino en el cuidado de que la perspectiva de tal provecho no sea nunca la causa determinante de ninguno de sus actos. Dignidad en la vida privada. En su vida privada el abogado debe eludir cuanto pueda afectar su independencia económica, comprometer su decoro o disminuir, aunque sea en mínima medida, la consideración pública que debe siempre merecer. Como regla general, debe abstenerse de evacuar consultas o conferencias con sus clientes en lugares públicos o poco adecuados a tal objeto. En suma, debe tratar de conducirse con el máximo de rigor moral, para asegurarse así la mayor estimación pública. Respeto de la ley. Es deber primordial del abogado respetar y hacer respetar la ley y las autoridades públicas. Debe cumplir estrictamente las disposiciones fiscales que gravan la profesión, pagando, en su oportunidad, los tributos o derechos o cargas sociales que correspondan. Se incluyen en este concepto las contribuciones previsionales, en cuanto esté obligado a ello. Si el abogado no estuviera de acuerdo con tales imposiciones, debe ejercer su derecho de voto para hacer cambiar las leyes pertinentes o iniciar las acciones legales que considere procedentes, pero no evadir las imposiciones vigentes. Jueces y abogados de conducta censurable. El abogado está en el deber de negar toda solidaridad y apoyo al magistrado o al colega de conducta moralmente censurable. Absteniéndose de toda publicidad inadecuada, debe combatir al primero con los medios que la ley pone a su alcance, tratando, sobre todo, de poner en movimiento la opinión de los colegas mediante su órgano propio, el Colegio local.
Conclusión
Al finalizar esta investigación sobre El Abogado actual visto desde el punto de vista de la ética profesional (De su comunidad).El rol del abogado puede reducirse desde dos perspectivas complementarias, por una parte el abogado como un defensor del interés del cliente en el contexto del sistema de justicia, ya que el abogado debe tener presente que es un servidor de la justicia y sobre todo que su deber como profesional e intelectual es defender con estricto apego a las normas jurídicas y morales, los derechos de su cliente.
Por otra parte se puede ver a la abogacía como una profesión orientada a la defensa de los derechos de las personas, la justicia y el orden social.
Debemos rescatar la dignidad, perdida en nuestros abogados, y que se respete los derechos de los demás, para así poder lograr una sociedad menos corrupta, y por ende tener un mejor país para todos.
Anexos
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