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lunes, 6 de junio de 2016

Contexto Social

Introducción
En el siguiente trabajo se va a analizar la educación en el contexto social, así como el constructivismo y enfoque de competencias y además el enfoque histórico-cultural.
También se hace una énfasis del enfoque socio- critico, este a su vez usa la problematización, es decir, el cuestionamiento informado de la realidad como medio para develar el origen social de los problemas humanos, y el dialogo y la colaboración como herramientas para superarlos. En este contexto, la alfabetización y la escolarización cobran un sentido especial.
Mediante la alfabetización y la escolarización se aprende el uso y el dominio de las tecnologías de la representación y la comunicación que nos preparan de una manera particular para enfrentar el mundo. Esto quiere decir que a la escuela no solo vamos memorizar los contenidos de las materias que están en el currículo. Vamos, sobre todo, a desarrollar por vía del aprendizaje, formas particulares de pensar, actuar y sentir.
Las madres adolescentes se agregan otras madres solteras, abandonas por sus parejas o que se vieron obligadas a la separación para evitar abusos cotidianos de parte de sus respectivos cónyuges.
En consecuencia, la familia no solo se ha desestructurado y reestructurado en forma diversas en las últimas décadas, sino también que a  su interior se han redefinido y diversificado los roles de sus componentes.
Educación y contexto social


De acuerdo con el más reciente censo de la República Dominicana en el año 2010 la población alcanzó la cifra de 9,445, 281 habitantes, de los cuales el 49.8% corresponde al sexo femenino y el restante 50.2 %, al masculino. Un 74.4% de la población vive en zonas urbanas, frente a un 25.6% residente en zonas rurales1. Estas cifras incluyen el aporte de la migración externa –principalmente de trabajadores haitianos2- cuyo destino es cada vez más el mundo urbano.

Lo anterior revela el perfil urbano de la población total. Esto significa que las zonas rurales siguen aportando migrantes hacia las ciudades y también hacia el exterior del país. Las migraciones internas y externas han producido grandes aglomeraciones urbanas especialmente en las llamadas zonas marginales y al propio tiempo se ha producido un fenómeno de dispersión de las comunidades rurales.

Otro rasgo de la población dominicana es su juventud, aunque el censo da cuenta de una relativa reducción en el crecimiento de la población menor de 15 años. En cambio, según el mismo censo la estructura de la población indica que el 49.4% tiene menos de 25 años. Una población más joven está asociada a una mayor propensión a emigrar hacia las ciudades, sobre todo en una época en que las comunicaciones y las tecnologías se tornan en sí mismas un efecto de atracción, a diferencia de las redes migratorias de otros tiempos.

La incidencia del trabajo infantil es otro rasgo persistente que incide sobre la situación educativa, pues afecta al 15% de la población de menores entre 5 y 17 años. Su persistencia en parte se debe a que dicho trabajo infantil es visto muchas veces con indiferencia, mejor dicho, como algo “normal” en contextos de pobreza. A ello hay que agregar el hecho de que la población adulta más joven es la que sufre mayores niveles de desempleo, de 25.5% para la población entre 15 y 29 años frente a 14.7% del total de la población, según datos de la Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo realizada por el Banco Central en 20114. Un dato preocupante se refiere a la cantidad de jóvenes entre 15 y 24 años que no estudiaba ni trabajaba cuya proporción alcanzó el 20.3% en el año 2011. A su vez, la pobreza afecta más a las mujeres (26.0%) que a los hombres (14.7%) del mismo grupo de edad; por lo tanto, esta población más joven alcanza cotas mayores de pobreza.

La violencia tiene otras expresiones que afectan a las familias y en particular a la población joven. La forma de la convivencia cotidiana en el marco de las estrategias familiares de reproducción de los sectores populares implica relaciones con el Estado y las clases dominantes que implican subordinación y su escamoteo.
Por su parte, segmentos de jóvenes encuentran en la delincuencia medios de ostentación de poder y aun de conseguir  ingresos sustanciales. Las  oportunidades para ellos se han multiplicado con el incremento del narcotráfico en el país.
Cabe destacar el potencial transformador de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación cuando es aprovechado para la información y la formación de la población, dado que en nuestro medio, la educación a todos los niveles tiene un desafío ineludible. Hay que tomar en cuenta, sin embargo, que las manifestaciones locales de los fenómenos que se desprenden de la realidad de las nuevas tecnologías apenas han sido analizadas en nuestro país.
Los indicadores del sistema educativo expresan avances limitados en los años recientes. Los datos de cobertura por niveles se muestran dispares, favorables para el Nivel Inicial y el Nivel Básico, pero desfavorables para el Nivel Medio.
En el año 2011, la matrícula estudiantil alcanzó a 2, 625,344 estudiantes, distribuida entre 248,417 en el Nivel Inicial, 1, 621,719 en el Nivel Básico y 570,786 en el Nivel Medio, además del Subsistema de Educación de Personas Jóvenes y Adultas con 184,422.
Salvo el Nivel Básico, estas cifras representan incrementos con relación al año anterior (2010) y por tanto una mejor cobertura en relación a la población en edad escolar.
Incluso de esta manera, el promedio de años de escolaridad para la población de 15 años y más fue apenas de 8.4 años en 2011, siendo 8.7 para las mujeres y 8.1 para los hombres, según la Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo del Banco Central; lo que da cuenta de los bajos niveles educativos en la población general.
Pese a las diferencias cuantitativas, los retos en la calidad siguen apuntando hacia la necesidad de hacer de la educación una mejor, significativa y gratificante experiencia estudiantil, tanto colectiva como individualmente. Esto será posible en la medida en que mejore la calidad de la enseñanza, tanto en lo que se refiere a la formación y actualización del magisterio como a las condiciones en que se desarrolla la labor educativa. Esto conlleva necesariamente la democratización de la calidad de la educación, en términos de equidad en el acceso al conocimiento. En efecto, las pruebas recientes muestran deficiencias en los aprendizajes de los estudiantes, las cuales son consecuencia en buena medida de la baja calidad de la enseñanza.

La mejora en la cobertura redunda en las condiciones de la labor educativa al aumentar el número de estudiantes por aula, específicamente allí donde no se han construido nuevas aulas para cubrir la demanda insatisfecha. El plan gubernamental de construcción de unas 10,000 aulas que se agregarán en el plazo de un año al sistema educativo busca enfrentar los déficits acumulados, aunque el esfuerzo deberá continuarse con vistas al incremento gradual de las escuelas de Jornada Extendida. También el incremento en la cobertura de las escuelas de jornada completa genera una mayor demanda de docentes capacitados para atender a los estudiantes que se incorporan al sistema. Del mismo modo, la prestación del servicio de educación demanda materiales y medios educativos para hacer posible el desarrollo curricular de todos los niveles.

En general, el modelo económico ha concentrado el ingreso y ha depredado los recursos naturales; se caracteriza por tener miras a corto plazo, ser poco distributivo (crea muy pocos empleos) y es generador de todo tipo de inequidades sociales. Las políticas sociales siguen siendo incipientes con relación a los efectos económicos de este modelo de desarrollo. Los signos de agotamiento de dicho modelo económico son cada vez más visibles, dada la reducción del crecimiento del PIB cuyo promedio se contrajo a la mitad en los últimos años (7% en 2005 a 3.5% en los años 2006 a 2008). Aunque las tasas de crecimiento del PIB se han mantenido relativamente altas en el contexto latinoamericano y mundial, los niveles de pobreza persisten; de acuerdo con la CEPAL en 2011 un 42.2% de la población vivía en condiciones de pobreza general y un 20% en la indigencia.

Todos estos rasgos se traducen en demandas al sector educativo en materia de accesibilidad, calidad y equidad, las cuales se han convertido en reclamos de derechos exigibles a partir de la Constitución de 2010, uno de cuyos rasgos sobresalientes es su carácter garantista de los derechos ciudadanos. En consecuencia, de la misma Carta Magna se desprende el primer subrayado del proyecto educativo nacional por la formación de ciudadanos y ciudadanas conscientes de sus derechos y deberes.
Todos estos desafíos se consideran vinculados a los derechos que tiene la población para realizar una vida libre y digna como corresponde a todo ser humano.
En el entorno institucional del país los diversos esfuerzos por el desarrollo educativo de las últimas dos décadas han sido continuados gracias a la agenda trazada por los planes decenales de educación, el último de los cuales es el Plan Decenal de Educación 2008-2018 que contiene 10 políticas clave para impulsar la transformación del sistema educativo a fin de hacerlo más accesible, inclusivo, democrático y eficiente. Estos instrumentos se han visto igualmente potenciados por la Estrategia Nacional de Desarrollo, convertida en Ley orgánica a partir de 2010, a manera de plan programático donde convergen y se articulan diversas estrategias sectoriales en torno a cuatro ejes u objetivos de desarrollo:
 1-Un Estado Democrático Social de Derechos
2. Una sociedad con igualdad de derechos y oportunidades.
 3. Una economía sostenible, integradora y competitiva.
 4. Una sociedad con producción y consumo ambientalmente sostenibles que se adapta al cambio climático.
En este contexto se debe impulsar el desarrollo del Sistema Educativo Dominicano para promover la ciudadanía, el respeto a la diversidad y la inclusión como ejes para una cultura de paz, en el horizonte de una vida digna para toda la población. Se comprende la importancia del marco general de una Estrategia Nacional de Desarrollo, ya que implica la búsqueda de coherencia entre políticas estatales, incluido el sector de la educación. Es en este marco que, desde el Plan Decenal de Educación 2008-2018, se inscribe la actual revisión y actualización curricular.

CONSTRUCTIVISMO Y ENFOQUE DE COMPETENCIAS

Se entiende que el conocimiento es una construcción humana en donde se interacciona con el medio físico y social. Es decir depende de nuestros esquemas formados por saberes, experiencias previas y las prácticas culturales en las que estamos insertos.
En la fundamentación del currículo de la educación dominicana se integran tres orientaciones:
·        El enfoque histórico-cultural
·        El enfoque socio-critico
·        El enfoque de competencias
ENFOQUE HISTORICO-CUTURAL

El principal enfoque que orienta el actual diseño curricular es el constructivismo histórico-cultural. Es una construcción que  expresa diferencias en tiempos, espacios y culturas diversas.

Aprendizaje significativo es el concepto fundamental del enfoque constructivista histórico-cultural. Aprender es una actividad de apropiación que moviliza todas sus capacidades cognitivas, emocionales y afectivas.

En el enfoque histórico cultural se sustenta en la idea de que las funciones mentales como: la atención, la memoria, el razonamiento se originan y evolucionan  en el transcurso de actividades o prácticas sociales en las que se comparten experiencias de aprendizaje.

En el enfoque histórico- cultural el lenguaje humano resulta fundamental, ya que es una facultad indispensable para la formación y transformación de la conciencia. En la escuela construimos conocimientos que ayudan a percibir, entender y explicar el mundo de forma distinta.

En términos filosóficos el sujeto se desarrolla y construye sus  conocimientos en interacción con otros en la construcción de conocimientos y el desarrollo humano integral.

El enfoque histórico-cultural establece un vínculo muy particular entre educación y desarrollo.
El enfoque socio-crítico
El enfoque histórico-cultural  acoja modalidades educativas que se han asociado con el constructivismo socio-crítico y la pedagogía crítica que lo sustenta.
Como filosofía y práctica pedagógica, el constructivismo socio-crítico usa la problematización, es decir, el cuestionamiento informado de la realidad como medio para develar el origen social de los problemas humanos, y el diálogo y la colaboración como herramientas para superarlos. En este contexto, la alfabetización y la escolarización cobran un sentido especial. No se trata de descifrar y producir códigos, sino de entender cómo se construyen y transforman los significados en el curso de las interacciones sociales.
Mediante la alfabetización y la escolarización se aprende el uso y el dominio de las tecnologías de la representación y la comunicación que nos preparan de una manera particular para enfrentar el mundo. Esto quiere decir que a la escuela no vamos sólo a memorizar los contenidos de las materias que están en el currículo. Vamos, sobre todo, a desarrollar por vía del aprendizaje, formas particulares de pensar, actuar y sentir. No obstante, a veces no tomamos en cuenta que de acuerdo a los contextos, el pensar, el actuar y el sentir se caracterizan por una notable diversidad.
En este enfoque la evaluación es  cualitativa y puede ser individual y colectiva. Se da preferencia a la autoevaluación y coevaluacion. Es un método de trabajo, no u procedimiento. Un compromiso moral, ético, con la práctica de la educación no un modo diferente de investigación. Ni siquiera nos planteamos la diversidad de formas de lo escolar que la actualidad histórica cultural implica. La instrumentación de la pedagogía socio-crítica puede tomar diversas formas, las cuales responden al contexto histórico-cultural de su producción, a agendas y prácticas sociales.
Relacionado al currículum, el enfoque socio crítico, el individuo aunque importante no es la única variable en el aprendizaje. Su historia personal, su clase social y consecuente entre sus oportunidades sociales, su época histórica, las herramientas que tengan a su disposición, son variables que no solo se apoyan en el aprendizaje sino son parte integral de él.
El enfoque de competencias
 Las competencias se refieren a la capacidad para actuar de manera autónoma en contextos y situaciones diversas, movilizando de manera integrada conceptos, procedimientos, actitudes y valores. El valor de ese concepto deriva de su vinculación con la actividad reflexiva del sujeto, del énfasis en la movilización de los conocimientos para la realización efectiva de la actividad. Lo que se marca aquí es una didáctica orientada a la activación y utilización de conocimientos pertinentes para afrontar las situaciones y problemas que plantea el contexto de la actividad misma.
La realización óptima de la actividad depende de la apropiación y del uso de estrategias accesibles en el medio sociocultural y de la capacidad de movilizarse para gestionar herramientas a las que no se tiene acceso. Esta capacidad de autogestión y de autorregulación en el uso de los saberes no se genera de forma espontánea.
 Es el resultado de un proceso de aprendizaje que el currículo puede guiar, pero que corresponderá al sistema educativo como totalidad hacer funcionar. El desarrollo de competencias en el proceso formativo de los y las docentes implica la capacidad de organizar los aprendizajes para gestionar su progreso, elaborar y monitorear formas que permitan la diferenciación, motivar a los y las estudiante a involucrarse en sus propios procesos de aprendizaje y en el trabajo en equipo, usar nuevas tecnologías, integrar efectivamente a los padres y a la comunidad como participantes activos de la gestión escolar.
En un curriculum orientado por competencias, el perfil de un educado al finalizar su educación escolar sirve para especificar los tipos de situaciones que lo estudiantes tienen que ser capaces de resolver de forma eficaz al final de su educación.
 El desarrollo de competencias destaca el abordaje de situaciones y problemas específicos, por lo que una enseñanza por competencia representa la oportunidad para garantizar la pertinencia y utilidad de los aprendizajes escolares, en términos de su transcendencia personal, académica y social. En el contexto de la formación de los futuros maestros, permite considerar y reorientar las prácticas educativas hacia el logro de aprendizajes significativos de todos los estudiantes, por lo que conduce a la concreción del curriculum centrado en el alumno.
En el enfoque basado en competencias la evaluación consiste en un proceso de recolección de evidencias sobre un desempeño competente del estudiante con la intención de construir y emitir juicio de valor a partir su comparación con un marco de referencia constituido por las competencias, sus unidades o elementos y los criterios de desempeño y para identificar aquellas aéreas que requieren ser fortalecidas.


Vinculación de los tres enfoques

El planteamiento del carácter social, cultural e histórico de toda actividad humana aporta cinco claves para abordar algunos de los problemas más importantes de la educación contemporánea.
Estas claves son:
1.   La centralidad de la actividad humana en el diseño y construcción de formas de vida.

 2. El vínculo entre la actividad humana y los medios que se utilizan para realizarla, es decir, las condiciones humanas y materiales que condicionan las posibilidades de transformación de la realidad.

3. El sentido de la educación como base de la mediación cultural y lo que esto implica en la configuración y desarrollo de conciencias y subjetividades.

 4. La centralidad del lenguaje como modelo principal para la comunicación, el pensamiento y la coordinación de acciones.

5. La unidad de lo cognitivo y lo afectivo expresada en la construcción de significados y la elaboración de sentidos subjetivos.

Desde estas claves, la pedagogía cobra un significado particular, pues asume su misión no sólo vinculada a la didáctica de saberes, sino a la formación de conciencias y subjetividades. Esta pedagogía da énfasis a la comprensión de las complejas relaciones entre lenguaje, pensamiento y afectividad.

 Reconoce en esas relaciones la materia prima para la construcción de conocimiento y, a partir de ese reconocimiento, opta por estrategias que promuevan la comprensión y uso del lenguaje y de otras herramientas culturales. Su meta última es el desarrollo de capacidades para la reflexión crítica, la evaluación, la investigación y la acción comprometida con la solución de problemas. Es por ello que el constructivismo socio-crítico es la forma de constructivismo más congruente con el enfoque histórico-cultural y las metas se traducen en capacidades a desarrollar en procesos enseñanza y de aprendizaje.

 Lo anterior permite pensar las competencias como el dominio efectivo de las habilidades que una determinada sociedad acuerde como necesarias para afrontar los problemas y aportar soluciones. Esto plantea necesariamente algunas situaciones desafiantes porque el énfasis en los contextos específicos de actividad y sus condiciones no siempre se corresponden con las demandas del contexto global y las dinámicas económicas, políticas y sociales que lo caracterizan.

Sin embargo, todos estos retos forman parte intrínseca del proceso de construcción y de gestión de los aprendizajes, los cuales deben ser abordados y resueltos en la apropiación y aplicación integradora del enfoque histórico-cultural, el socio-crítico y el de competencias, de los cuales no solo se derivan los conceptos que fundamentan el currículo, sino también las estrategias y los criterios de evaluación correspondientes a los Niveles Educativos y a las áreas curriculares.
















Conclusión

En el trabajo anterior se analizaron los temas de la educación y su contexto social, el constructivismo y enfoque de competencias. Para su comprensión se analizaron diferentes aspectos que enfrentan de manera directa a la educación dominicana con el nivel de pobreza, crecimiento poblacional, situación económica e inclusive las diferentes situaciones que están atravesando los jóvenes dominicanos, como por ejemplo el embarazo en la adolescencia y la violencia d intrafamiliar. Por otra parte, la influencia de los medios de comunicación y la tecnología de la información también ha ocasionado una revisión y actualización del curricular.
En la República Dominicana, se han implementado diversos programas para hacer frente a los diferentes cambios que está experimentando la sociedad, como la campaña de alfabetización de adultos “Quisqueya Aprende Contigo”, una mejora en la cobertura de las condiciones de la labor educativa. En la fundamentación del currículo  de la educación dominicana se integran tres orientaciones, estos enfoquen representan algunas situaciones desafiantes, sin embargo, todos estos retos forman parte intrínseca del proceso de construcción  y de gestión de los aprendizajes, los cuales deben  ser abordados y resueltos en la apropiación y aplicación integrada del enfoque histórico cultural, el socio crítico y el de competencias, de los cuales no solo se derivan los conceptos que fundamentan el currículo.
Bibliografía

·        Bases de la revisión y actualización curricular .MINERD.


·        Wikipedia.com.


·        Google.com.

·        Monografía.com.

·        BuenasTareas.com



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